¿Qué harás con tanta libertad?

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Hay imágenes que inevitablemente te hacen pensar en mil cosas más allá de lo que ves, y eso me pasó cuando tomé la foto que acompaña e inspira estas líneas, una pequeña ave, parada en un cable, con toda la tranquilidad, calma y paz, detuvo su vuelo para ver lo que hay bajo su cuerpo, apreciar el horizonte o contemplar el cielo en el que se mueve desde otro punto, tal vez todo eso, tal vez nada de eso… pero lo que vino a mi mente fue una pregunta: ¿Qué harás con tanta libertad, y con tan poca vida?
Y aunque suene un poco contradictorio poner una pregunta esperanzadora con un cierre un poco fuerte, lejos de buscar un tono dramático, tiene por intención poder focalizar nuestra atención y darle un sentido más amplio a la pregunta, para que no perdamos de vista que lo importante siempre será más valioso que lo urgente, aún cuando lo urgente grite más fuerte, porque al final, todo es cuestión de prioridades, consecuencia y conciencia.
Tenemos más libertad y menos vida de la que creemos, y solo cuando entendemos esto podemos empezar a despertar nuestra conciencia, a vivir en consecuencia a lo que realmente somos y a dar un peso diferente a lo que hacemos desde las prioridades que abordamos hasta las acciones que ejecutamos.
La magnitud de nuestra libertad suele parecer difusa e incluso confusa porque hay términos que hemos aprendido, entendido o creído de forma errada durante lo que llevamos de vida, y lo más triste es que creemos ciegamente que como ya fue así durante tanto tiempo, no debe ni puede cambiar. Pero porque algo haya sido de la misma forma durante toda tu vida, no quiere decir que tenga una única forma de ser, o que no pueda cambiar.
Términos que podrían llenar nuestra vida de cosas positivas, y que nos ayudarían a potenciar esa libertad de pensamiento, acción y reacción, al entenderse de otra forma lo único que logran es anclarnos a una realidad limitada y hacernos creer que no podemos más. Confundiendo la cercanía de una amistad o una relación familiar con dependencia, el compromiso con obligación, el amor con una atadura, las opiniones con una crítica, o el pasado con un preámbulo de lo que será el futuro y la eterna realidad, entre otros muchos más, lo único que logramos en realidad es renunciar a cualquier tipo de libertad para condenarnos, gracias a nuestras creencias, a que la vida sea no solo limitada, sino profundamente vacía y desolada.
Ante todo eso, siempre tendremos la capacidad de elegir, pero para hacerlo, debemos levantar la mirada y ver el panorama completo; pero eso no es lo más difícil, porque lo realmente complejo viene cuando luego de ver el panorama, debes ponerte manos a la obra y actuar en consecuencia, ya que no puedes querer libertad, tener la llave que te libera de tus cadenas guardada en el bolsillo, y quedarte sentado, atado e inmóvil esperando simplemente a que la cadena desaparezca, eso no es iluso, es estúpido; porque si algo está sucediendo en tu vida y no te sirve, no te suma o no te gusta, y no haces nada por cambiarlo, simplemente lo estas eligiendo.
Así que tenemos tantas elecciones que realizar, y tantas acciones que nos muevan en esa via que tenemos un universo de posibilidades frente a nosotros. Eso abre el espectro de posibilidades de una manera maravillosa, pero para aprovechar esas posibilidades, para tomar esas oportunidades que vienen asociadas a esas nuevas opciones que significa tanta libertad debemos no solo ver el menú de alternativas que tenemos, o mirar y estudiar las posibilidades, sino también entrar en acción, y con esto, aprovechar el tiempo que tengamos.
Porque así como nuestra libertad parece más pequeña a causa de las inseguridades y miedos de los que nos apropiamos, nuestra vida nos parece más larga (casi eterna) porque nuestro ego y orgullo nos hace creer que tenemos más tiempo del que en realidad creemos, que somos eternos y que todo lo podemos dejar para después, desde las cosas que quisiéramos aprender, hasta los buenos momentos que quisiéramos vivir con nuestros seres queridos, e inclusive para nosotros mismos.
Soy muy reiterativo con el tema del tiempo porque creo fielmente que nos permite tener una perspectiva diferente de nuestra vida, y de esta forma elegir lo que hacemos con ella. Imagina llegar a un restaurante donde puedes elegir ilimitadamente lo que sea, desde lo más feo, hasta lo más loco y delicioso, pero solo una hora para disfrutarlo, de seguro tratarías de elegir lo que más te guste, puedas disfrutar y te haga feliz… pasa lo mismo con la libertad y con la vida: tu tiempo es limitado, y siempre tienes la libertad de elegir el camino que mayor plenitud te otorgue, hace falta voluntad para que esa sea tu elección y que no sea el miedo, tus inseguridades y apegos los que realicen esa elección.
¿Qué harás con tu libertad?…
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