AL CARAJO LA “REINVENCIÓN”


Por: Schneur Zalman Ben-Chaim
Estamos cerca de la mitad del 2020, el mundo atraviesa uno de los retos más complejos que ha vivido en las épocas modernas, obligando a que transformásemos nuestras dinámicas sociales, económicas y físicas. Gracias al alto grado de interconexión en el que vivimos, se hizo evidente la fragilidad y grado de exposición global que podemos tener, y lo estamos tratando de llevar, siendo claro que como individuos y como grupo, necesitamos un cambio.
Sin embargo, en medio de todo este contexto hay quienes queriendo ganar algo de protagonismo han tratado de acuñar a la fuerza de la repetición un termino que me resulta tan absurdo como molesto: la reinvención.
Empecemos dejando claro algo: el ser humano NO se ha inventado ABSOLUTAMENTE NADA. Recuerdo un profesor de secundaria que una vez me suspendió de clase porque yo argumenté esto, en contraposición a su planteamiento que era que el hombre había inventado el fuego: “si un rayo cae, quema un árbol, genera fuego, y el hombre de las cavernas lo ve y luego lo imita, es el acto de imitación y posterior manejo de él su logro, pero no se lo inventó, dado que la invención requiere la creación de algo totalmente nuevo y diferente”. Pero él, lejos de escucharme se sintió atacado (y bueno, yo no era el más prudente, gracias al ímpetu propio del ego juvenil), y como se creía importante porque también daba clase en una Universidad, quiso hacerse sentir suspendiéndome de su clase por un par de semanas. Minutos después mis compañeros me dieron la razón y años después entendí por experiencia propia, que terminar dando clase en una universidad no era complicado ni tampoco un medidor de estatus intelectual, a decir verdad.
Reinventarnos significaría o que ya inventamos algo y lo vamos a volver a inventar (lo cuál plantea una paradoja un tanto absurda), o que nosotros mismos nos vamos a inventar, ante lo cual, ¿si nunca el como especie hemos inventado algo externo, como lo haríamos para con nosotros mismos?
Bueno, en este punto creo justo hacer una claridad, si inventamos algo, dos cosas de hecho: el dinero y el reloj. El dinero, el papel moneda, pasó de ser un medio que facilitaba las relaciones a cobrar un protagonismos desmedido con el paso del tiempo, desdibujando que lo importante es precisamente eso, las relaciones; En cuanto al reloj, si bien ya mediamos el tiempo levantando la mirada al cielo, crear una maquina que lo midiera y pudiésemos tener con nosotros siempre, calmaba la profunda inseguridad latente de entender en nuestro interior que a medida que las manecillas avanzan, nuestra vida se agota, y lo que debería haber servido para mejorar nuestra relación con la vida que nos queda, nos convirtió en seres temerosos y esclavos del tiempo… todo lo demás, ha sido copia.
Tal vez lo más cercano que se podría “reinventar” son las excusas y mentiras que habitualmente muchos usan en medio de sus vidas para engañarse a ellos mismos, mientras creen que están engañando a otros. Estas dos (excusas y mentiras) sin importar el tamaño o la intencionalidad de las mismas (porque hay quienes creen que mienten para no hacer daño), nacen del exceso y/o la escasez, exceso de ego creyendo que el universo gira en torno a ellos, o escasez de amor propio para no poner puntos finales, cerrar puertas, concluir ciclos o tomar distancia de aquello que no se debe, y por consiguiente, prefieren tratar de simpatizar a todos mientras se desdibujan a si mismos.
Podemos tratar de trascender con nuestros actos, cambiar nuestros hábitos, pulirnos y mejorarnos a nosotros mismos en uno o muchos aspectos, y eso que es ya muy desafiante y valioso, también es lo mínimo que el universo y la vida esperan de ti, porque si fuiste dotado con grandes cualidades, facultades, virtudes y talentos, es para que los pongas a funcionar, para que te muevas y logres explorarlos y explotarlos, mientras te descubres a ti misma/o.
Miles de años de historia han demostrado que solo aquel que se adapta y evoluciona logra mantenerse en la historia, y eso significa cambio, no reinvención. Todo en el universo está en constante movimiento, y nosotros no somos la excepción, aún si no queremos movernos, todo lo demás si lo hace, por ello, si no aprovechamos estos tiempos donde todo lo que conocemos está mandando una señal de cambio, para hacerlo nosotros mismos, y queremos volver a la vida que antes conocíamos o a la que hemos tenido idealizada aunque nunca haya pasado (y en el fondo sepamos que no va a pasar), debemos tener claras las consecuencias de dicha elección: desperdiciar la oportunidad de llegar a ser todo lo que podemos ser.
Así que manda al carajo la reinvención, y simplemente ten el valor de ser, y vivir en consecuencia a ello, aún a pesar de todo.
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