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SALVACIÓN

Por: Schneur Zalman Ben-Chaim

Es tristemente común ver como se puede dividir en dos grupos generales a las personas, aquellas que esperan a que las cosas pasen, y las que hacen que pasen. Sería maravilloso que todos fuésemos del segundo grupo, y tuviésemos la iniciativa o al menos la determinación para hacer nuestra parte y hacer que lo que deseamos suceda, no queriendo decir con ello que todos deban ser lideres carismáticos, pero si al menos comprometidos con marcar diferencia, o al menos, actuar a diferencia del primer grupo que solo espera que las cosas sucedan, que lleguen como caídas del cielo, o que otros las hagan por ellos; y lo más lamentable, es que este grupo parecería ser mayoría.

Como si fuese parte fundamental de la vida buscar salvación en otros, fuera de sus propias vidas, convirtiendo lo que puede parecer una posición cómoda ante la vida, en una declaración de inferioridad, como diciéndole al mundo: “aquí estoy y no puedo hacer las cosas yo mismo, ¡necesito quien me las haga!, pero conjunto a ello, y a esa entrega de sus capacidades y voluntades, aparece quien complementa esa necesidad diciendo: “no hay problema, yo las haré por ti”.

Y no es una simple relación de oferta demanda, como cuando no tenemos ganas de salir de casa y solicitamos un domicilio, es mucho más profundo que eso, se trata de personas que quieren salvar al mundo, que con un complejo mesianico profundo se creen los dueños de la verdad y de todas las capacidades que sean necesarias para salvar a otros, o de personas que creen que es su más profunda responsabilidad responder por los deberes y obligaciones de otros, poniendo sobre sus hombros las cargas y responsabilidades de los demás.

Ya sean políticos que se creen padres de la patria, pastores o lideres religiosos que se auto-convencen y convencen a otros de que son los elegidos por algún tipo de dios, personas que en su trabajo se creen indispensables y quieren hacerle todo a todos, relaciones donde una de las partes trata al otro como un total dependiente, o padres que tratan a sus hijos como seres incapaces de cualquier cosa, todos estos “salvadores” son potencialmente peligrosos para nuestras vidas por dos razones básicas: La primera es que inicialmente se esmeran por hacer las cosas de tal forma que creamos que si son necesarios (aún cuando muchas veces centran tanto las cosas alrededor de ellos mismos que terminan por entorpecerlas, dado que si no son ellos quienes lo hacen, no puede ser nadie), y la segunda es que nos llevan a una zona de confort y comodidad en la cual es fácil acostumbrarse, o si no vean ejemplos como los de los hijos de 40 años que viven con sus padres y son incapaces de prepararse un café; los empleados (se ve mucho en todos, pero los públicos son muy ejemplificantes en esto) que no hacen nada si no les dan una orden directa, y aún así dan el mínimo esperado; o aquellos que votan por quien su líder (religioso o político) les diga.

Aún con todo esto, creo que si necesitamos salvación, pero definitivamente, no debe ser entregando nuestra voluntad, empeñando nuestro criterio, ni en manos de personas que con un ego trastornado (hacia arriba por que se creen lo máximo, o hacia abajo porque al sentirse en algún momento desprotegidos creen que deben proteger y hacer todo para todos), debe ser a cuenta propia. Nosotros debemos ser nuestros propios salvadores, y es que tenemos todo el potencial para serlo, piénsalo bien: te conoces mejor que nadie, sabes cuales son tus fortalezas, debilidades, temperamento y comportamiento… nadie mejor que tu para salvarte a ti mismo. ¿Y de qué deberíamos salvarnos? De nuestros miedos, de nuestras inseguridades, de nuestro orgullo, y como mencioné hace un ratito, de nuestro ego trastornado.

Si hay algo en lo que todos deberíamos esforzarnos por ser autodidactas, es en esto, y luego, que venga lo que deba venir, pero lo que es seguro, es que una vez logramos ser la fuente de nuestra propia salvación, podremos ser inspiración para nuestro entorno, y gasolina para nuestra propia vida, de forma tal que podamos mejorar cada día más.

¿Qué dices, te animas a dejar de esperar que otros te salven, o querer hacerle todo a otros para convertirte en la fuente de tu propia salvación?…

Zalman Ben-Chiam

@zalman5K

Un comentario sobre “SALVACIÓN Deja un comentario

  1. Hay tantos factores; muchos de los que detallaste, y muchos más aunque creo que muchas de esas personas se ocupan de las otras por y para distraerse del deber propio, saber más de ellos, de sus vidas, del porqué es que están aquí, del privilegio de estar en sus cuerpos, del deber que hasta impreso en cada uno de nosotros, porque no es que tuvimos sólo la suerte de nacer, púes hay algo más profundo y maravilloso a descubrir en cada ser. Y sí, la actividad, el camino es personal, no hay quién pueda hacerlo en verdad por nosotros. Hay quienes se hacen los distraidos ocupandose de otros, hay quienes así alimentan su ego, y tantas otras cuestiones. Pero como siemore la vida invita, una y otra vez, y entonces llegará el momento de verse por dentro y comprenderse y amarse de verdad. Damos lo que nos damos.

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