Propósitos de año nuevo – ¿Cómo cumplirlos de verdad?

Llega el fin de año y con este obvio e inevitable balance de lo hecho y lo dejado de hacer, pero sobre todo, la proyección de lo que queremos y soñamos para el nuevo año. De hecho esto último es lo que más tiempo nos ocupa y tal vez mayor ánimo nos da, ya que cuando hacemos la lista de propósitos para el nuevo año, estamos llenos de esperanza en lo bueno que será todo y lo genial que será nuestra vida logrando todo lo que nos proponemos.
Pero la verdad es que de unos 10 propósitos que normalmente las personas hacen a fin de año, solo llegan a cumplir un 10% o 15%, y esto se debe a que no hay un compromiso real con esos propósitos, por lo cual no se les hace el seguimiento adecuado y no se invierte ningún esfuerzo en su consecución.
Esta es la razón por la que hoy quiero compartir contigo estos 5 propósitos que te sugiero incluyas en tu lista para que puedas transformar tu vida y apoyarte en ellos para ver cumplidos todos los otros propósitos que tengas. Puedes ponerlos en practica por un pequeño lapso de tiempo, como un periodo de prueba, estoy seguro que verás los cambios muy rápido y gracias a esto podrás darles continuidad indefinidamente.
Deja de quejarte
Uno de los peores hábitos que puede tener una persona es el de quejarse por todo, seguramente conoces a alguien que se queja si hace frío o si hace calor, si el café esta amargo o si tiene dulce, se quejan tanto si es lunes como si es viernes; en fin, se quejan así que por deporte. Aunque ese es el extremo, todos tenemos momentos de quejas, en donde es más lo que criticamos que lo que aportamos.
Evitar ese tipo de comportamiento puede darnos una perspectiva totalmente diferente de nuestro entorno, de nuestra realidad y por consiguiente de nuestra vida. Si cambiamos las quejas que tenemos por acciones de cambio o propuestas para cambiar lo que no nos gusta, nos veremos motivados a ser más creativos, ingeniosos y tolerantes.
Acompañar nuestras quejas con propuestas nos convierte en personas más valiosas y nos ayuda a crecer como personas; quejarnos solo por quejarnos nos hace aburridores, e incluso detestables. Además, entre menos energía gastes quejándote, mayor energía tendrás para trabajar en tus otros propósitos de año nuevo.
Lleva un diario de gratitud
La gratitud no es un acto de cortesía, es un acto de honestidad, en el que reconocemos el valor de quien con una acción o gesto nos ha brindado algo para hacer nuestra vida mejor.
Estamos acostumbrados a pedir, a desear, a anhelar, tanto como a quejarnos y criticar, pero ¿qué tanto agradecemos? Cuando agradecemos lo que vivimos, lo que tenemos y los problemas que no tenemos, ponemos en perspectiva nuestra vida para verla de una manera diferente, y nos abrimos a un mundo entero de posibilidades.
Agradecer es transformador porque nos ayuda a enfocarnos en las bendiciones que tenemos y a valorar lo que tenemos para aprovecharlo y verdaderamente disfrutarlo, en vez de estresarnos por lo poco que no tenemos o creemos que nos hace falta.
Si cada noche, antes de dormir, nos tomamos un par de minutos para escribir aquellas cosas por las que estamos agradecidos, con el paso de los días veremos como cada día son mayores las cosas que tenemos por agradecer, como nuestros deseos dejan de ser triviales y pasan a ser realmente importantes y relevantes, y nuestra forma de ver la vida se transforma.
Dedica tiempo para ti mismo/a
Gran parte de los propósitos no se llevan a cabo por la misma excusa: “es que no tuve tiempo”. Y cuando se escucha la explicación ampliada incluso uno puede terminar por entender que el exceso de trabajo, el estrés, el tráfico y otra serie de cosas externas más terminen por agotar a la mayoría de personas y con tanto cansancio a cuestas es muy difícil tener tiempo para poder cumplir los propósitos del nuevo año.
Curiosamente la solución para quienes dicen “no tener tiempo” empieza por tomar tiempo para ellos mismos, entender que deben tratarse como prioridad dentro de su propia vida para que logrando bienestar propio, logren compartirlo y ayudar a crearlo para todo su entorno.
No es necesario grandes cantidades de tiempo, cambios extremos o sacrificios extraños, basta con tomar 5 minutos al día y dedicarlos a hacer algo que nos guste, que nos saque de la rutina y nos de un aire distinto al menos por un instante. Meditar, respirar un poco de aire fresco, leer, escribir o dibujar pueden ser una manera efectiva de darnos importancia y dedicarnos un poco de tiempo.
Otro recurso efectivo para dedicarnos tiempo es dejar lapsos de tiempo en donde no estemos conectados a un aparato electrónico, particularmente a nuestro teléfono. Podemos por ejemplo dejarlo cargar en la noche en otra habitación o al menos lejos de nosotros, reduciendo la ansiedad por estar revisando lo que pueda suceder y haciendo que nuestro descanso sea más confortable; esto también permitirá que al despertar estemos más relajados y podamos iniciar el día con mayor tranquilidad y no con la ansiedad de revisar el correo electrónico o las redes sociales.
Transforma tus sueños en metas
La diferencia entre tener sueños por cumplir y metas por realizar es que los sueños fácilmente pueden quedar en anhelos, aquello que deseamos y mágicamente esperamos que suceda. Por su parte las metas, tienen una fecha límite para que esta sea llevada a cabo y una descripción puntual sobre lo que se quiere.
Soñar por soñar es perder el tiempo, pero soñar para transformar esos anhelos en metas es lo que resulta realmente valioso porque nos induce a la acción.
Cuando decidimos convertir nuestros sueños en metas, creamos un plan de acción para llevarlo a cabo y verlo hecho realidad. Lo cual nos obliga a establecer prioridades frente a lo que hacemos con nuestro tiempo y con nuestra vida, y es precisamente el tener este plan de acción con tareas claras y fechas lo que nos va a motivar a lograrlo, haciendo un seguimiento de nuestro avance y enfocándonos para lograrlo.
Entre mayor detalle incluya nuestro plan de acción mejor vamos a poder medir nuestros avances, además nos permitirá sentir que con cada pequeño paso que damos estamos avanzando, y que no necesitamos grandes saltos para sentir que vamos en la dirección correcta.
Y lo primero que debes preguntarte es: ¿Qué estoy haciendo realmente por cumplir mis sueños?
Una buena parte del dinero que recibimos mensualmente se va normalmente en gastos básicos, y en algunos gustos que nos permitimos, pero ¿Cuanto inviertes en tu preparación y crecimiento?
Un propósito que no puede faltar en nuestra lista durante todo el año es el hecho de invertir en nuestro crecimiento personal y profesional, y esto implica una pequeña parte de nuestro presupuesto y una gran parte de nuestro tiempo y voluntad.
Si tenemos una lista de propósitos es porque queremos ser mejores, tener mejores cosas y vivir mejor, lo cual no vamos a lograr si no invertimos tiempo y esfuerzo en ello. Invertimos en nosotros cuando tomamos cursos on-line para fortalecer algunos de nuestros conocimientos, cuando compramos libros que nos permiten ser mejores en determinadas áreas, así como cuando asistimos a talleres o grupos que nos permiten explorar nuestras habilidades de socialización, comunicación, liderazgo y expresión por ejemplo.
Y esto jamás debe ser visto como una perdida de tiempo o un gasto en nuestro presupuesto, sino por el contrario como una inversión en nosotros mismos, en la construcción o fortalecimiento de una versión mejorada de quien somos para aprovechar el máximo potencial de quien queremos llegar a ser.
Esa inversión en nosotros permitirá desarrollar nuestros talentos, cualidades y habilidades a tal punto que descubriremos nuevas facetas de nosotros mismos y sin duda nos ayudará a enfocarnos de la mejor manera para lograr cualquier propósito que tengamos.
Cinco propósitos sencillos, prácticos y altamente efectivos que te transformarán y crearán un antes y un después en tu vida.
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